Esto escribía Carol Dunlop, segunda esposa del autor Julio Cortázar, nacido en Bruselas en 1914 y fallecido en un febrero parisino de 1984.
“Hace casi un año que sé, y soy la única en saberlo, fuera de los médicos, que Julio tiene una leucemia crónica. Él no lo sabe, no lo tiene que saber, porque siendo como es, su mejor esperanza de vivir más y bien es no saberlo. Mientras a mi me arden los huesos. Julio anda con un resfrío. Pero fuera de ello está muy bien y sabe que si le ocurre disfrazarse de viejo le doy una paliza de joven”.
(Carol murió dos años antes que Julio)Así lo confirmaría, Miguel Herráez, Biógrafo del escritor
... "Cortázar falleció de leucemia mieloide crónica. Con posterioridad se habló de si había muerto infectado por VIH, por unas determinadas transfusiones que sufrió a causa de una hemorragia gástrica sufrida en la Provence, ya casado con Carol Dunlop. Aurora Bernárdez me confirmó que falleció de leucemia. Hervé Elmaleh, oncólogo, ya fallecido, fue quien lo trató. Ya en el entierro de Carol Dunlop, la cual murió en 1982 de una aplasia medular, el doctor Elmaleh se le acercó a Aurora en el cementerio de Montparnasse y le comentó que la leucemia se agravaba en Julio y que creía que no viviría más de dieciocho o veinticuatro meses. Murió en 1984.
Aurora, que es de origen español, fue una persona nuclear en la vida del novelista. A pesar del divorcio, que se produjo a finales de los sesenta y a iniciativa de Julio, quien había conocido a Ugné Karvelis, Aurora mantuvo en todo momento una relación de amistad intensísima con su ex-esposo, hasta el extremo de que estuvo a su lado hasta el final de sus días. Mientras estuvo ingresado en el hospital de St. Lazare, muy cerca de su casa de la rue Martel, Aurora dormía en una colchoneta junto a su cama. Luis Tomasello y Saúl Yurkievich fueron también dos fieles amigos que vivieron de cerca todo el proceso degenerativo de la enfermedad".