Resumen del libro NUESTRA ENFERMEDAD: LECCIONES DE LIBERTAD EN UN DIARIO DE HOSPITAL de TIMOTHY SNYDER. Galaxia Gutenberg, 2021. Barcelona, 204
págs. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
Un virus no es humano, pero cómo se reacciona ante él es una forma de medir la humanidad. Estados Unidos no ha salido bien parado. Cientos de miles de sus ciudadanos han muerto sin necesidad. Se supone que Estados Unidos es el país de la libertad, pero la enfermedad y el miedo nos hacen menos libres. La libertad es imposible cuando estamos demasiado enfermos para pensar en la felicidad y demasiado débiles para perseguirla. Por ello, si un gobierno nos priva de la salud, también nos está quitando libertad. El 29 de diciembre de 2019, el historiador Timothy Snyder cayó gravemente enfermo. Mientras se aferraba a la vida reflexionó sobre la fragilidad de la salud, que en Estados Unidos no se reconoce como un derecho humano, pero sin la que los derechos y libertades no tienen sentido. Y eso fue poco antes de la pandemia. Desde entonces hemos visto cómo los hospitales, infradotados de personal y de equipamiento, se colapsaban bajo las oleadas de pacientes con coronavirus. El gobierno federal empeoró la situación con una mezcla de ignorancia deliberada, desinformación y especulación. Las lecciones que Snyder ofrece en este libro, basadas en las reflexiones y experiencias que anotó en su diario de hospital, están dirigidas a todos nosotros, estemos donde estemos. Solo si reconocemos la asistencia sanitaria como un derecho humano, realzamos la autoridad de los médicos y de la verdad, damos al conocimiento la importancia que merece y planificamos el futuro de nuestros hijos, podremos ser verdaderamente libres. La libertad pertenece a cada individuo. Pero para ser libres necesitamos estar sanos, y para estar sanos nos necesitamos unos a otros.
"Las personas no son libres si no pueden acceder a la salud, y ello solo es posible alcanzarlo entre todos".
"La paradoja de la libertad es que nadie es libre sin ayuda"
Timothy David Snyder es un historiador estadounidense, profesor de la Universidad de Yale, especializado en la historia de Europa Central y Oriental, de modo que no puede ser sospechado de tener afinidades con gobiernos comunistas o progresistas que alienten "políticas sanitarias y educativas populares". El ensayo es, sin embargo, un contundente manifiesto crítico, producto de la propia experiencia del autor como paciente en Estados Unidos y un reproche al modo de pensar las políticas sanitarias en el imperio capitalista, donde la salud no es considerada un derecho humano esencial. La lectura del libro, ofrece además, para un ciudadano de esta parte del mundo, la posibilidad de desarticular el argumento del "argentino medio" que vive de comparar y resaltar, sin prejuicios, las bondades del libre-mercado y las libertades individuales que gozan los ciudadanos americanos en contra de su propio país. Este modo peyorativo de autopercibirse que tiende a valorizar "lo ajeno antes de lo propio", se encuentra extendido en todas las clases sociales (incluidos los mismos profesionales médicos -formados en Universidades Públicas que trabajan en el Sistema Público de Salud, al que desprecian-) y es la expresión de conciencias colonizadas sistemáticamente a lo largo de la historia. Se trata de un proceso lento de autodenigración expresado en el lenguaje y los cuerpos de las personas incorporado a la identidad del "argentino" que se percibe "de clase media" y cuyo resultado es el estado permanente de vulnerabilidad del país frente a los intereses extranjeros. Por eso se manifiestan en contra de políticas públicas que buscan igualar el "acceso al sistema público de salud y la educación para toda la población", y llaman populistas a los gobiernos que las impulsan; consideran la inversión social un gasto y cuando acceden al gobierno, impulsados por ONG y Fundaciones de dudosa financiación, se niegan a abrir hospitales o universidades, desarticulan programas de prevención primaria de salud, o restringen el acceso a colectivos vulnerables a los medicamentos. Por ahora, los exégetas del neoliberalismo vernáculo no pudieron aplicar las políticas restrictivas de acceso al sistema publico de salud, ni aplicar políticas de desregularización del sistema privado de salud (en manos o garras de multinacionales).
Finalmente, se sabe, de caer enfermo, mejor que sea en este país...