Los países pobres soportan el 80% de la carga oncológica en el mundo, mientras que sólo reciben el 5% de los recursos. Y eso a pesar de que en los últimos años la situación ha ido tornándose cada vez más preocupante: "En 1975, sólo el 15% de los nuevos diagnósticos se registraban en estas regiones pobres; frente al 56% del año 2008 o el 70% que se espera para 2030".
Los tumores son la primera causa de muerte en los países de bajos ingresos, En ellos registran dos tercios de todas las muertes por esta enfermedad en el mundo. Las recetas contra esta epidemia podrían estar al alcance de la mano, según un buen número de especialistas.
John Seffrin, director de la Sociedad Americana del Cáncer (ASCO), principal firmante del texto, recuerda que el cáncer debería levantar la misma oleada de solidaridad internacional con los países menos privilegiados que se vivió con el sida hace unos años. Un movimiento de este tipo permitiría, por ejemplo, lograr que se abarate el coste de ciertas vacunas que podrían evitar un buen número de tumores causados por virus. Como el de cérvix relacionado con la infección por papilomavirus (cuya vacuna sigue siendo demasiado cara para los países con menos ingresos) o el de la hepatitis B implicado en tumores hepáticos Con estrategias sencillas se podrían ayudar a combatir esta situación, pero que no se están implementando. Ni siquiera son recetas muy caras, bastaría con luchar contra el tabaquismo en estos países (nuevo foco de negocio de la industria tabaquera), educar a la población sobre ciertos hábitos saludables y emplear fármacos ya sin patente para ahorrar costes
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