Intento integrar en este espacio informes, datos, opiniones, sobre el tratamiento de la Leucemia Mielóide Crónica en particular y del Cáncer en general y compartir las experiencias de vida, discutir los condicionantes socioculturales y medioambientales que determinan los tratamiento que realizan los pacientes. Aspiro a generar un espacio de comunicación con todos aquellos que como yo, realicen tratamientos por enfermedades graves. Sin pretensiones autoreferenciales, me dispongo a compartir con pacientes, familiares y médicos, la palabra, que acompañe este azaroso recorrido. Transito este tiempo con la enfermedad Leucemia Mielóide Crónica, Cromosoma Ph.+.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El paciente: un integrante más del equipo de atención médica


La medicina moderna ha llegado al máximo de la ciencia y materialismo, sin embargo, también ha ocasionado una despersonalización del ser humano y de la relación médico-paciente, un aumento en los costos económicos y una disminución de la faceta artístico-espiritual de la profesión médica.
La relación médico-paciente como un vínculo asimétrico. De un lado, el profesional poseedor de conocimiento y sabiduría; del otro, el paciente, pasivo, que recibe un diagnóstico e instrucciones sobre cómo proceder ante una enfermedad.
El conocimiento adquirido en los años de estudio de un médico, los que le permiten tratar, a veces curar, a las personas suponen un gran esfuerzo pero que no implica que quien está del otro lado deba escuchar acríticamente y aceptar todo lo que el galeno dice sin preguntar nada. Puede ocurrir que el médico se equivoque simplemente por no tener en cuenta distintas variables, porque el paciente tiene un problema raro o de difícil diagnóstico, por no hacer un buen interrogatorio al afectado o por no conocer sus antecedentes. Ante la menor duda, siempre es más prudente obtener a una segunda opinión.
El paciente, por su parte, tiene derecho a ser informado sobre su problema. Que no pueda comprender un proceso biológico complejo no quita que se le pueda explicar la situación en términos sencillos, esquemáticos. En efecto, el paciente posee un conocimiento, distinto del médico. Al margen de la información que pueda obtener de distintas fuentes, conoce su propio cuerpo, puede notar cuando algo no está bien, sabe qué otros problemas tuvo en el pasado o qué enfermedades padecieron sus familiares.

Pensar la relación médico-paciente como una de cooperación y de confluencia de distintos conocimientos, sin duda, permitirá lograr mejores resultados.
Sin autorización Diario Ámbito Financiero

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