Intento integrar en este espacio informes, datos, opiniones, sobre el tratamiento de la Leucemia Mielóide Crónica en particular y del Cáncer en general y compartir las experiencias de vida, discutir los condicionantes socioculturales y medioambientales que determinan los tratamiento que realizan los pacientes. Aspiro a generar un espacio de comunicación con todos aquellos que como yo, realicen tratamientos por enfermedades graves. Sin pretensiones autoreferenciales, me dispongo a compartir con pacientes, familiares y médicos, la palabra, que acompañe este azaroso recorrido. Transito este tiempo con la enfermedad Leucemia Mielóide Crónica, Cromosoma Ph.+.

domingo, 1 de enero de 2023

jueves, 1 de diciembre de 2022

Un neurocirujano ante la amenaza del cáncer

Henry Thomas Marsh, médico neurocirujano durante más de treinta y cinco años en el Atkinson Morley del St. George’s Hospital de Londres, fué diagnosticado con cáncer avanzado en 2021.«Tenía síntomas del cáncer, pero no pedí ayuda. Pensé que estaba siendo estoico. En realidad, estaba siendo cobarde»

En el prologo de la nueva publicación, Henry Marsh confiesa que creyó saber lo que era estar enfermo, pero no estaba preparado para recibir un diagnóstico de cáncer avanzado. Tras el impacto de la noticia, el autor indaga en lo que sucede cuando alguien que se ha pasado todo el tiempo entre la vida y la muerte de sus pacientes (el otro) y ahora, se encuentra de frente con lo que podría ser su propia finitud.-

Otras publicaciones, que se encuentran disponibles en Argentina son sus memorias, que fueron publicadas en dos obras, de notable repercusión: "Ante todo, no hagas daño", en 2014 y "Confesiones" en 2017, que abordan los dilemas éticos del profesional y donde deja planteado el debate sobre la necesidad de reformular la relación médico-paciente. Además, el neurocirujano, en 2004 fué protagonista del premiado documental "Your Life in their hands", producido por la BBC.-

jueves, 11 de noviembre de 2021

La bala mágica

28 de mayo de 2001...28 de Septiembre de 2021
El 28 de mayo de 2001, una droga oncológica era tapa de la revista Time.
Este es el texto traducido, que fuera publicado por TIME Magazine, donde se anunciaba la aprobación por la F.D.A., de la primer droga antineoplásica oral producida por la industria farmaceutica, para el tratamiento de tumores.
La primer terapia por blancos moleculares disponible en el mercado se aplicaba para el tratamiento de la Leucemia Mielóide Crónica. Hasta entonces, la sobrevida de esos pacientes era de apenas 5 años. Hoy, nuevos descubrimientos farmacéuticos, suman nuevas generaciones de ITK para el tratamiento de la LMC y su uso se amplia para el tratamiento de otros tipos de cáncer.
Nueva esperanza para el cáncer
Esta pequeña píldora se dirige a las células cancerosas con una precisión asombrosa. 
¿Es el gran avance que estábamos esperando?
Por Michael D. Lemonick y Alice Park / San Francisco. Lunes, 28 de mayo de 2001
En febrero del año pasado, Victoria Reiter, de 63 años, pensó que sol le quedaban unos pocos meses de vida. Escritora y traductora que vive en Manhattan, sufría de leucemia mieloide crónica, una forma especialmente mortal de cáncer de sangre. El único tratamiento disponible era el interferón, un refuerzo del sistema inmunológico que realmente no funcionaba y que la enfermaba gravemente. Reiter había pasado la mayor parte de 1999 en cama, demasiado enferma para leer, caminar, hacer casi cualquier cosa, aunque había logrado armar listas dividiendo sus posesiones entre sus dos hijas.
Luego tomó un medicamento experimental llamado Gleevec, y en unas semanas todo cambió. "Toda mi energía comenzó a recuperar", dice. "De repente pude leer. Podía dar un paseo". En agosto, las pruebas mostraron que su médula ósea estaba libre de células leucémicas; en diciembre retoma el tango argentino. Todavía tiene las listas de lo que recibirán sus hijas, pero se regocija: "¡Todavía no lo van a recibir!".
Para Bob Ferber, un fiscal de Los Ángeles que se especializa en casos de abuso de animales, la experiencia de Gleevec fue muy parecida. Hace menos de dos años, estaba acostado en una habitación de hospital considerando suicidarse para escapar del dolor que irradiaban sus huesos. "De arrastrarme por el piso de rodillas para ir al baño, ahora estoy de vuelta en el trabajo", dice Ferber, de 48 años. "Voy al gimnasio. Soy voluntario para un grupo de rescate de animales. Tengo un novia. Es el sueño de cualquier paciente de cáncer en el mundo poder tomar una pastilla que funcione así. Es un verdadero milagro ".
De todos modos, es una forma tentadora de verlo. Gleevec es lo suficientemente eficaz como para que la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. Lo aprobó en un tiempo récord hace dos semanas, incluso cuando los investigadores anunciaron que también funciona contra una forma rara de cáncer de estómago. El medicamento no ayuda a todos y puede tener efectos secundarios, como náuseas, calambres musculares y erupción cutánea. Además, nadie afirma que realmente cura el cáncer. Es posible que los pacientes deban seguir tomando el medicamento, probablemente por el resto de sus vidas, y, a menos que se use Gleevec en combinación con otros medicamentos, es probable que el cáncer regrese.
A pesar de todas estas advertencias, Gleevec sigue siendo un gran avance, no solo por lo que hace sino, lo que es más importante, por la estrategia revolucionaria que representa. Han pasado 30 años desde que el presidente Richard Nixon declaró la guerra al cáncer y pidió un compromiso nacional comparable al esfuerzo por aterrizar en la luna o dividir el átomo. Pero durante esas tres décadas, los investigadores han encontrado una cura milagrosa potencial tras otra, solo para sufrir una decepción tras otra. Aparte de la cirugía, que casi invariablemente deja algunas células malignas, el tratamiento estándar para la mayoría de los cánceres sigue siendo la radiación y la quimioterapia, armas relativamente rudimentarias para combatir enfermedades que tienen una eficacia limitada y dejan a los pacientes débiles y con náuseas.

viernes, 29 de octubre de 2021

FDA aprueba un nuevo medicamento para el tratamiento de LMC - tercera linea de tratamiento.

A cinco inhibidores de tirosina-quinasas que actualmente se encuentran disponibles para el tratamiento de la Leucemia Mieloide Cronica (LMC), se suma, a partir del 29 de Octubre de 2021, un nuevo medicamento.
La FDA dispuso la aprobacion acelerada del medicamento ASCIMINIB-Scemblix® de la farmaceutica NOVARTIS para el tratamiento de pacientes adultos con LMC con cromosoma Filadelfia positivo en fase crónica (LMC – FC Ph+) previamente tratados con dos o más inhibidores de la tirosina quinasa (TKIs, por sus siglas en inglés) y la aprobación completa para pacientes adultos con LMC – FC Ph+ con la mutación T315I.
El nuevo medicamento llamado ASCIMINIB, a diferencia de otros inhibidores de bcr-abl, no se une al sitio de unión de ATP, en el sitio activo de la enzima; la nueva droga es un "inhibidor de STAMP" (Specifically Targeting the ABL Myristoyl Pocket) con capacidad de superar la resistencia y/o intolerancia a los otros TKI.

miércoles, 20 de octubre de 2021

ALERTA: MEDICAMENTO DASATIXANE DEL LABORATORIO ECZANE PHARMA S.A.

20 de octubre de 2021
ATENCIÓN: Si se encuentra realizando tratamientos por Leucemia mieloide crónica, (cromosoma Filadelfia) o Leucemia linfoblástica aguda con inhibidores de la tirosin-quinasa (TKIs) de la marca comercial Dasatixane del LABORATORIO ECZANE PHARMA S.A 

La ANMAT informa a la población que, a solicitud de esta Administración Nacional, la firma LABORATORIO ECZANE PHARMA S.A ha iniciado el retiro del mercado de los siguientes productos:

  • DASATIXANE / DASATINIB 20 mg, por 60 comprimidos recubiertos, lote: DD0003A - vencimiento: 31/05/2022, Certificado N° 58582.
  • DASATIXANE / DASATINIB 50 mg, por 60 comprimidos recubiertos, lote: DD0003B - vencimiento: 31/05/2022, Certificado N° 58582.
  • DASATIXANE / DASATINIB 70 mg, por 60 comprimidos recubiertos, lote: DD0003C - vencimiento: 31/05/2022, Certificado N° 58582.
  • DASATIXANE / DASATINIB 100 mg, por 30 comprimidos recubiertos, lote: DD0003D - vencimiento: 31/05/2022, Certificado N° 58582.

Causa: La ANMAT, detectó incumplimientos a Ley Nº 16463, y a "las normas de Buenas Prácticas de Fiscalización, Disposición ANMAT Nº 3602/2018, clasificadas como críticas y mayores según la Disposición ANMAT Nº 7298/2019Falta de garantía de calidad y cumplimiento de Buenas Prácticas de Fabricación".

domingo, 5 de septiembre de 2021

Olatz Vázquez, narró su experiencia con el cáncer en las redes sociales.

Olatz Vázquez, 27 años, Euskadi.
Antes de morir decidió hacer publica su experiencia con el cáncer por medio de las redes sociales sin atenuantes, ni metáforas, ni atajos que idealicen el sufrimiento.
 

Jamás pensé que diría esto, pero tengo cáncer. Cáncer de estómago. Todavía me cuesta escribirlo, más leerlo, pero sé que es parte del proceso: la aceptación y la normalización de vivir con una enfermedad grave. Quería compartir este momento con vosotros porque mi mayor inspiración para fotografiar es mi vida, y mi vida ahora es esta”. “La vida te cambia en apenas tres segundos, el tiempo que un médico invierte en pronunciar las siguientes tres palabras: ‘Olatz, tienes cáncer’.o "He perdido la noción del tiempo, si es que ahí dentro la tienes. He perdido kilos, aspecto, independencia. Siento deciros que he he perdido a la Olatz que era. Entre tratando de estabilizarme unas náuseas y vómitos, y me quedé por un fallo intestinal. La enfermedad, que me acompaña ha hecho de la suyas cuando yo más más débil estaba. Me he convertido en una persona totalmente dependiente de los míos, ya que vivo 24/7 conectada a alimentación parententeal y una vía nasogástrica, que es lo que me hace estar hoy aquí"
En las imágenes, retrataba su “viaje por la enfermedad; por la pérdida del cabello y su crecimiento; por las sesiones de quimioterapia y las eternas horas de espera en el hospital; por los kilos de menos en el cuerpo, y las lágrimas de más”.
Olatz con su propia imagen desenmascara la inefable experiencia de transitar la vida con una enfermedad grave, sin claudicar en su honestidad intelectual, ni deponer la dignidad de la condición de ser humano ante la tragedia, pero reconociendo su vulnerabilidad  y el dolor por la pérdida de su propia vida, se muestra y nos muestra de un modo auténtico y poderoso la fragilidad de la existencia humana.
El testimonio de Olatz a través de las redes sociales y de su proyecto fotográfico

viernes, 3 de septiembre de 2021

En Argentina se diagnostican 9 casos de Leucemia por día.

En Argentina se diagnostican unos 3.200 nuevos casos de leucemia cada año,  lo que representa un promedio de casi 9 casos de leucemia por día.
La Leucemia Linfocítica Crónica afecta a los adultos mayores en un 90% de los caso.  Fuente: Observatorio Global del Cáncer

En 2018, Argentina se ubicaba en el séptimo lugar en Latinoamérica en casos de incidencia de cáncer. Según las estadísticas suministradas por el Ministerio de Salud de la Nación cada año se suman más de 129.000 casos nuevos.

martes, 1 de junio de 2021

TIMOTHY SNYDER - reflexiones y experiencias del diario de un enfermo en U.S.A.

Resumen del libro NUESTRA ENFERMEDAD: LECCIONES DE LIBERTAD EN UN DIARIO DE HOSPITAL de TIMOTHY SNYDER. Galaxia Gutenberg, 2021. Barcelona, 204 págs. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
Un virus no es humano, pero cómo se reacciona ante él es una forma de medir la humanidad. Estados Unidos no ha salido bien parado. Cientos de miles de sus ciudadanos han muerto sin necesidad. Se supone que Estados Unidos es el país de la libertad, pero la enfermedad y el miedo nos hacen menos libres. La libertad es imposible cuando estamos demasiado enfermos para pensar en la felicidad y demasiado débiles para perseguirla. Por ello, si un gobierno nos priva de la salud, también nos está quitando libertad. El 29 de diciembre de 2019, el historiador Timothy Snyder cayó gravemente enfermo. Mientras se aferraba a la vida reflexionó sobre la fragilidad de la salud, que en Estados Unidos no se reconoce como un derecho humano, pero sin la que los derechos y libertades no tienen sentido. Y eso fue poco antes de la pandemia. Desde entonces hemos visto cómo los hospitales, infradotados de personal y de equipamiento, se colapsaban bajo las oleadas de pacientes con coronavirus. El gobierno federal empeoró la situación con una mezcla de ignorancia deliberada, desinformación y especulación. Las lecciones que Snyder ofrece en este libro, basadas en las reflexiones y experiencias que anotó en su diario de hospital, están dirigidas a todos nosotros, estemos donde estemos. Solo si reconocemos la asistencia sanitaria como un derecho humano, realzamos la autoridad de los médicos y de la verdad, damos al conocimiento la importancia que merece y planificamos el futuro de nuestros hijos, podremos ser verdaderamente libres. La libertad pertenece a cada individuo. Pero para ser libres necesitamos estar sanos, y para estar sanos nos necesitamos unos a otros.
"Las personas no son libres si no pueden acceder a la salud, y ello solo es posible alcanzarlo entre todos". 
"La paradoja de la libertad es que nadie es libre sin ayuda"
Timothy David Snyderes un historiador estadounidense, profesor de la Universidad de Yale, especializado en la historia de Europa Central y Oriental, de modo que no puede ser sospechado de tener afinidades con gobiernos comunistas o progresistas que alienten "políticas sanitarias y educativas populares". El ensayo es, sin embargo, un contundente manifiesto crítico, producto de la propia experiencia del autor como paciente en Estados Unidos y un reproche al modo de pensar las políticas sanitarias en el imperio capitalista, donde la salud no es considerada un derecho humano esencial. La lectura del libro, ofrece además, para un ciudadano de esta parte del mundo, la posibilidad de desarticular el argumento del "argentino medio" que vive de comparar y resaltar, sin prejuicios, las bondades del libre-mercado y las libertades individuales que gozan los ciudadanos americanos en contra de su propio país. Este modo peyorativo de autopercibirse que tiende a valorizar "lo ajeno antes de lo propio", se encuentra extendido en todas las clases sociales (incluidos los mismos profesionales médicos -formados en Universidades Públicas que trabajan en el Sistema Público de Salud, al que desprecian-) y es la expresión de conciencias colonizadas sistemáticamente a lo largo de la historia. Se trata de un proceso lento de autodenigración expresado en el lenguaje y los cuerpos de las personas incorporado a la identidad del "argentino" que se percibe "de clase media" y cuyo resultado es el estado permanente de vulnerabilidad del país frente a los intereses extranjeros. Por eso se manifiestan en contra de políticas públicas que buscan igualar el "acceso al sistema público de salud y la educación para toda la población", y llaman populistas a los gobiernos que las impulsan; consideran la inversión social un gasto y cuando acceden al gobierno, impulsados por ONG y Fundaciones de dudosa financiación, se niegan a abrir hospitales o universidades, desarticulan programas de prevención primaria de salud, o restringen el acceso a colectivos vulnerables a los medicamentos. Por ahora, los exégetas del neoliberalismo vernáculo no pudieron aplicar las políticas restrictivas de acceso al sistema publico de salud, ni aplicar políticas de desregularización del sistema privado de salud (en manos o garras de multinacionales).
Finalmente, se sabe, de caer enfermo, mejor que sea en este país...

jueves, 22 de abril de 2021

covid19 y LMC - ¿Me mojo o no me mojo?

Sociedad Argentina de Hematología (SAH) vs Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica, de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

La Subcomisión de Leucemia Mieloide Crónica de la Sociedad Argentina de Hematología, haciendo uso de condicionales y advirtiendo que "los datos son limitados" en su web oficial informa: "En el contexto de la pandemia por Coronavirus COVID-19 y "teniendo en cuenta la escasez de evidencia científica", la subcomisión de Leucemia Mieloide Crónica (LMC) sugiere: "Los pacientes con LMC no parecen tener mayor riesgo de contraer COVID-19". Los pacientes con LMC pueden tener un mayor riesgo de infección por COVID-19 si son mayores (edad mayor de 70 años), tiene otras afecciones médicas o están recibiendo otro tratamiento que suprima el sistema inmune. No hay datos publicados sobre el curso de la infección por COVID-19 en pacientes con LMC tratados con inhibidores de la tirosina quinasa y "los informes son raros". De manera tranquilizadora, muy pocos pacientes con LMC en la terapia inhibidores de la tirosina quinasa se infectaron en la provincia de Hubei en China, y el resultado fue similar a la población general. Tener un diagnóstico de LMC ser tratado con terapia con  inhibidores de la tirosina quinasa, no causa supresión inmunitaria clínicamente significativa. La esperanza de vida de los pacientes con LMC se está aproximando a la de la población general, por lo que la decisión de colocar a "los pacientes con LMC en terapia ITK no los pondría en la categoría de alto riesgo para COVID-19". La enfermedad no debe tener un impacto negativo en el triage. Publicado el Buenos Aires, el 26 de Marzo de 2020 en site web oficial de SAH. Ver en SAH

¿Se nota el uso del condicional? Nótese ahora, el uso del gerundio de este otro grupo colegiado de profesionales

El Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica, de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH)"La COVID-19 está teniendo un impacto significativo en los pacientes con leucemia mieloide crónica (LMC)", un tipo de cáncer hematológico que representa en torno al 15 por ciento de todas las leucemias, ya que estos presentan un mayor riesgo de sufrir las formas más graves del SARS-CoV-2, según advierten desde el Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica, (SEHH). Publicado en MADRID, el 30 Marzo de 2021 en EUROPA PRESS - ver en europa press de infosalud

Sobre el tratamiento de la LMC

Fuente: sin autorización,  
cmladvocates (asociaciones de pacientes, con el apoyo científico de Bristol-Myers Squibb)

domingo, 22 de septiembre de 2019

Tres hitos en el tratamiento de la LMC - Anexo: la ética detrás del descubrimiento.

Durante el siglo pasado, en los años 60 se descubre el cromosoma Filadelfia como una alteración genética adquirida que se localiza en células de la sangre que permitió a los medicos hematólogos diagnosticar sin error la enfermedad. Ya entrado la década de los 80 se identifica que el intercambio de material genético entre los cromosomas 22 y 9 da lugar a el oncogén BCR-ABL como el responsable de esa proliferación celular anormal.
Iniciado el siglo actual, mas precisamente durante el 2001, un grupo de investigadores del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York perfeccionan un ensayo clínico que daría pie al inicio de los tratamientos conocidos como terapias dirigidas o blancos celulares, la revista TIME, es mas espectacular y lo llamo la bala mágica, y llego a arriesgar que se iniciaba la cura del cáncer. Esto no sucedió, al menos hasta el presente, pero sí significó un salto cualitativo en el tratamiento de la Leucemia Mielóide Crónica. Mientras que antes de 2001 la única posibilidad de cura consistía en el trasplante de médula ósea y la supervivencia era de 4 o 5 años, hoy el paradigma del tratamiento consiste en un tratamiento vía oral que permite cronificación de la enfermedad (no se busca la cura, sino evitar que la enfermedad evolucione a etapas irreversibles) y funciona bien en el 95% de los pacientes y el trasplante se relega solo al 5% que no responde bien a los fármaco. Este cambio en el paradigma del tratamiento de la LMC permitío una supervivencia de los enfermos de hasta 15 años (según los datos publicados).
Reflexión sobre el recorrido hasta el descubrimiento de la primera terapia molecular para el tratamiento del cáncer: 
A finales del siglo XIX y el inicio del siglo XX, las donaciones de empresarios como Rockefeller, (que validaban el genocidio e instigaban guerras fratricidas para expoliar los recursos naturales en tantos lugares del mundo, necesarios para el crecimiento industrial de sus empresas y concentraban el poder necesario con el que forjaron la extensión hegemonía del modelo capitalista como paradigma político-económico universal); fueron utilizadas para la creación de Centros Médicos privados: Memorial Hospitalque les garantizaran el estado de salud personal y familiar (la medicina hasta entonces era gestionada por los gobiernos de los incipientes estados-naciones y solo para beneficio de una minoría. La mayor parte de la población dependía de las acciones promovidas por asociaciones civiles, especialmente religiosas, en el marco de la concepción de salud como una acción de caridad). Los aportes individuales de estos primeros millonarios que se materializo en la creación de Centros Médicos, concebidos como modelos de avanzada, y la compra de la voluntad de académicos: médicos, científicos, investigadores adeptos (siempre los hay) con el devenir del tiempo se convirtieron en institutos de investigación científica. El acceso a la salud que por entonces no era concebida como un derecho universal, vinculado a la vida, seguiría estando reservada para unos pocos: los que podrían pagarla. Nada había cambiado. 
Cuando los propios inversores-dueños de esos centros médicos y de investigación, vieron allí, la posibilidad de seguir maximizando sus ganancias, por caso Alfred P. Sloan, y Charles F. Kettering, de la empresa General Motor fundaron el Sloan-Kettering Institute for Cancer Research, no importaba si se trataba de apoyar la investigación para el uso de armas químicas, mas precisamente el gas mostaza con el ejercito norte-americano o desarrollar el uso del primer tubo de rayos X para el tratamiento oncológico de radioterapia, los primeros experimentos de viroterapia e inmunoterapia para el tratamiento del cáncer. Solo importaba si esos descubrimientos generaban la rentabilidad suficiente al mismo tiempo que garantizaban la propia cobertura de salud de los accionistas. No podemos imaginar cuales fueron los parámetros éticos empleados para realizar los experimentos que permitieron lograr los avances médicos; la regulación del estado, que ellos mismos sostenían, por entonces eran muy precarios. 
Apenas entrado el siglo XXI, en el año 2001 se realizó el descubrimiento de la primera terapia molecular para el tratamiento del cáncer y los ensayos clínicos de dicha terapia, fueron perfeccionados en el Memorial Hospital y el Sloan Kettering Institute que se habían unido bajo el nombre de Memorial Sloan Kettering Cancer Center en 1980. Esos ensayos, finalmente, se traducirían en el primer tratamiento oral para el control de un tipo de cáncer: la LMC. Un resultado trascendental en la investigación de tumoresSe había descubierto el primer tratamiento oncológico, que el paciente podía hacer desde su casa y con pastillas. 

lunes, 27 de febrero de 2017

Los enfermos no son luchadores

Se está poniendo últimamente de moda convertir a los enfermos en gladiadores. En una especie de atletas olímpicos a los cuales se les exige que luchen para curarse. Esta moda, que es ideología neoliberal pura y dura llevada al mundo de la salud, traslada la filosofía de baratillo de Paulo Coelho a la enfermedad. Se ve que el mundo emprendedor ya no da para más con esta filosofía, que se pasa la vida dividiendo a la sociedad entre ganadores y perdedores. Pablo Ráez no era un luchador porque era un paciente, una víctima arbitraria de algo tan injusto como sufrir leucemia.
Convirtiéndolo en luchador se está depositando en él toda la responsabilidad para curarse, ocultando que para curarse de una enfermedad nada es más influyente que la inversión pública que se haga en investigación médica y en la calidad del sistema público de salud. Si no fuera suficiente la perversión, cuando la persona fallece porque no se ha curado, que en el lenguaje neoliberal es que no ha luchado lo suficiente, el responsable de perder la batalla es del propio enfermo. De una perversidad monstruosa.
Una enfermedad como la leucemia es arbitraria, nadie la ha elegido, es desgraciadamente azarosa. Por tanto, nadie elige tener que luchar contra la leucemia o cualquier otra enfermedad del ramo. Los enfermos son pacientes, víctimas que sufren y el éxito de su curación depende de un diagnóstico a tiempo, de un buen tratamiento, de que se gaste dinero público en investigación y de que sean atendidos por un buen equipo médico.
Igual que este sistema, obsesionado con convertirlo todo en fracasos o éxitos individuales, ha convertido a los emprendedores en una especie de héroes que luchan por salir del paro en soledad sin decir que lo más importante para que un emprendedor tenga éxito es el dinero de partida que le preste su familia para empezar, se lanza ahora a aislar también la enfermedad y a convencernos de que luchar es suficiente para curarse. Da igual que vivas en Senegal que en Suecia, que lo hagas en una chabola o en un chalet de la Moraleja, que tengas acceso a un sistema de salud público y de calidad o que te pidan la tarjeta de crédito al entrar en el hospital.
Nadie sale a flote de ninguna cuestión importante de la vida luchando en soledad ni aplicando un libro de citas célebres de Paulo Coelho. Nadie sale airoso de un cáncer luchando como si fuera un atleta olímpico. Nadie se convierte en un empresario de éxito sólo teniendo una buena idea de negocio. Nadie consigue sus objetivos sólo soñándolos. Nadie abandona la exclusión social sólo riéndole a la vida. Nadie arregla su relación de pareja mirando de otra forma a su pareja. Nada, absolutamente nada, se soluciona con una frase de azucarillo.
Ya está bien de convertir cualquier faceta de nuestra vida en un hecho individual del que sólo dependemos de nosotros mismos. Nadie se hace a sí mismo, que es la frase preferida de la insolidaridad, el individualismo y la falta de empatía. Nos hacemos unos a otros, en la salud y en la enfermedad. En lugar de exigirle a las personas enfermas que luchen, sería más útil que lucháramos nosotros por ellos y por nosotros, por todos, y que, por lo menos, dejáramos de votar opciones políticas que recortan de manera homicida en investigación científica y en el sistema público de salud.
Reproducido sin autorización de

jueves, 22 de septiembre de 2016

Día mundial de la Leucemia Mieloide Crónica



22 de septiembre
"Día mundial de la cocientización sobre la Leucemia Mieloide Crónica"

La Leucemia Mieloide Crónica, es una anormalidad genética adquirida caracterizada principalmente por un aumento significativo de los glóbulos blancos. Generalmente se presenta en adultos mayores a 60 años y su progresión es menos severa que la Leucemia Mieloide Aguda.
Aun cuando la enfermedad no tiene cura específica, los tratamientos disponibles tienen una gran efectividad y garantizan una adecuada calidad de vida para los pacientes que la padecen.
Los síntomas pueden variar de acuerdo a la fase de desarrollo de la enfermedad: En su etapa inicial puede no presentar síntomas, o presentar entre otras manifestaciones, cansancio, decaimiento palidez, pérdida de peso, aumento del tamaño del brazo y sudores nocturnos. En estadíos más avanzados, se puede sumar fiebre, anemia y dolores óseos
Como en todo tipo de cáncer, es vital para su abordaje el diagnóstico oportuno y la adherencia al tratamiento para lograr los mejores resultados posibles.

domingo, 31 de julio de 2016

Qué no decir a una persona con cáncer

  • No llame la atención sobre los cambios físicos del paciente diciendo cosas como: “Por lo menos te deshiciste de esos kilos de más”.
  • No le diga al paciente que tiene suerte de padecer un tipo de cáncer y no otro, pues esto minimiza lo que la persona está enfrentando. No hay nada afortunado en tener cáncer, incluso si es uno de los “buenos”.
  • No dé información sobre tratamientos no probados ni referencias de doctores de práctica dudosa.
  • No sugiera que el estilo de vida de la persona es el causante de la enfermedad, incluso si en efecto puede haber contribuido. La culpa no ayuda. Muchos factores influyen en los riesgos de presentar cáncer; incluso para los fumadores de toda la vida, padecer cáncer a menudo es pura mala suerte.
  • No sermonee al paciente sobre mantenerse positivo, lo que puede generar sentimientos de culpa en el paciente si las cosas no salen bien. Es mejor decir: “Cuentas conmigo, sin importar lo que suceda”, y decirlo de corazón.
  • No pregunte sobre el pronóstico. Si el paciente brinda esa información, está bien, hablen sobre sus implicaciones. De lo contrario, es mejor contener su curiosidad.
  • No se convierta en una carga para el paciente por sus propios sentimientos de desánimo, aunque está bien decir: “Lamento que te haya pasado esto”. Si se siente abrumado por la posibilidad de interactuar con una persona con cáncer, es mejor expresar “No sé qué decir”, antes que no decir nada o evitar a la persona por completo, pues puede sentirse abandonada o pensar que a uno no le importa.

Del Libro:
@stangoldberg

viernes, 15 de enero de 2016

Mieko Rye, reflexiona sobre los cambios físicos que provoca el cáncer

Mieko Rye, exitosa modelo publicó fotos en Facebook, donde comparte su experiencia de vivir con cáncer y el valor de la imagen.
"La quimioterapia causa estragos en mi cuerpo lentamente. Es verdaderamente humillante, pasar de los viajes y el trabajo a nivel internacional a estar confinada en la cama. Cada día es un reto cuando pierdo placeres simples como comer, ir a dar un paseo, o llevar a mi hijo en brazos. Yo estaba en el banquillo al no poder participar en los acontecimientos diarios de la vida. Con el Cáncer viene una destrucción. Sin embargo, también me ha dado la oportunidad de reconstruirme desde adentro hacia afuera. He eliminado lo que no era necesario y que honestamente, ha impedido mi crecimiento". 

"características que nuestra cultura define como belleza para la mujer yo no las tengo. No tengo nada que ocultar...Tengo cáncer de mama en etapa 3 y nunca me he sentido más hermosa en toda mi vida"
Fuente:
Diario ABC

martes, 21 de abril de 2015

A María le diagnosticaron cáncer de ovarios y decidió contarlo y vivirlo a través de twitter. Hoy murió.

"El show de Kimmy Oh"
"Mejor hagamos el Show del Cáncer en Tuiter"
MARÍA VÁZQUEZ
Tramitó la enfermedad compartiendo su palabra.

"Lo mandé en una sucesión de 3 o 4 tuits. En la siguiente media hora me llegó una cantidad de mentions y dm como nunca había recibido en mi vida. Me tuve que ir a llorar al baño. Capaz suena ridículo. Al 90% de la gente que me escribió no la vi jamás en persona pero compartimos muchos momentos inolvidables juntos (era por abajo, Palacio). El 10% restante es una mezcla de personas que vi alguna vez o son amigos de amigos, con mis amigas, a las que también las conocí por internet, me gusta tu blog, te gusta el mío, seamos amigas. Andá a explicarle eso a alguien que piense que si conocés gente por internet terminás de copera en Sri Lanka.
Todos los mensajes ofrecían ánimo y ayuda. Y los respondí uno por uno porque así me crió mi mamá, agradecida.
Ahora, sin ofender a ninguno, les voy a decir LA frase que detesto escuchar: va a estar todo bien. Todo bien las bolas. Decirle a una cancerosa que va a estar todo bien es como decirle a uno que está por cruzar un desierto que allá al final hay un oasis. Primero puede ser que te mueras de sed, te piquen los alacranes, se te palme el camello y alucines hasta la locura pero no te preocupes que VA A ESTAR TODO BIEN. Entiendo que es una frase automática, que sale sola, que yo misma debo haber dicho cuando estaba del otro lado pero mejor no la digan más.
Prefiero mil veces la que me dice mi mejor amiga: ES TODO UNA MIERDA. Primero porque es la pura verdad y después porque ofrece un desafío. Es todo una mierda pero YO voy a poder, YO no me voy a morir. YO voy a ser del 40% aunque sea medio triste de pensar. Me siento tirando de la barcaza de escape del Titanic a seis personas para salvarme. Lo lamento, me quiero salvar, soy joven aún, mi hijo tiene tres años, tengo mucho por delante, congélese usted, señora sexagenaria.
A propósito de esto mismo: me asombra lo mucho que me dicen que soy valiente y fuerte. Me parece que lo que hago es la única opción posible. ¿Qué más se puede hacer? ¿Hundirse en la lástima por sí misma? Mejor hagamos el Show del Cáncer en Tuiter.
En el show la quimioterapia se transformó en Kimmy Oh, una estrella del K-Pop que busca trepar posiciones en el escala social. Cruel y despiadada pero decidida a triunfar cueste lo que cueste. En el show cuento detalles de cómo es tratar el cáncer. Tip: no es como en esa película malísima con Charlize Theron. No hay Iluminación, hay constipación. Las partes más escatológicas las reservo para los mails del núcleo duro de amigas, pero sepan que no miro el amanecer envuelta en una manta; de hecho casi no me pude parar los primeros treinta (¿sesenta?) días. Se la pasa sinceramente mal. En mi caso, la vida está regida por ciclos de 21 días, la distancia entre cada Kimmy.
En el show pido cosas, consejos, libros para leer y mi público responde. No puedo detallar la cantidad de regalos de todo tipo que me llegaron para mi, para mi marido, para mi pibe (que es una especie de tuitstar sin tuiter). Desde el cuaderno donde le escribo a mi hijo hasta una fuente de vitel toné. De todo.
En el show cuento que hay días que todo va mal, que no tengo ganas ni de sentarme, que extraño a mi mamá, que se murió hace un año, de cáncer. Que cuando me siento pésimo digo en voz alta: ayudame, mamá. Por suerte o desgracia, somos muchos los huérfanos y podemos llorar todos juntos.
En el show transmito desde la Kimmy Oh, desde la espera de una tomografía, oh sí, gracias OSECAC por el wifi libre. Lloro por la lechuga y el sushi que no me dejan comer. Maldigo el sabor horrible del suplemento multivitamínico. Canto las loas del centro oncológico al que voy y a la legislación argentina que hace que todo el tratamiento sea gratuito.
En el show, también, recibo muy de vez en cuando algún reply sinceramente idiota o desubicado o desinformado. Me los tomo con más calma que en otro momento, prefiero guardar mis energías negativas para despotricar contra la escasez de caramelos Fizz o alguna otra causa igual de noble
En el show conocí a mujeres que pasaron o están pasando por la misma situación. La comunidad del cáncer, las abrazo fuerte.
En el show hablo de un tema central de todo esto: el pelo. Oh, el pelo, permítanme explayarme. Primero me lo corté cortito, a lo Jean Seberg en Sin aliento. Nunca amé tanto un corte de pelo. Nada bueno dura, así que empecé a encontrar cada vez más y más mechones en la almohada hasta que decidí que no quedaba otra que raparse. Me gusta mi cabeza sin cabellos pero nunca me animé -hasta ahora- a salir a la calle sin nada que la cubra. Uso pañuelos y turbantes. Para el cumpleaños de mi hijo me puse una peluca fantasía fucsia muy Britney. Una amiga me regaló una peluca de pelo natural, la hice cortar a lo Mia Wallace. No me acostumbro a usarla. Aparte del calor y picazón que me provoca, la siento una traición. Para mí esa peluca está del lado larga y penosa enfermedad de la vida (la fucsia no, porque es obviamente un disfraz). Esta es falsedad, es ocultamiento. O capaz es que no me siento linda cuando me la pongo, nomás, vamos. Porque, pese a que se me cayeron las pestañas, qué cosa horrorosa, a que no tengo más culo, a que perdí 12 kilos y tengo menos tonicidad muscular que Jabba the Hut, yo me quiero sentir (y me siento) linda, así rapada y esquelética. La vanidad no se la lleva el cáncer. O yo no soy tan noble"
"vas a morir. La frase “tenemos que hablar” siempre viene seguida de algo terrible, pero nunca como esa vez. Yo ya sabía, dos días después de la operación que se llevó mi útero, ovarios y varias masas a analizar (“ahora sí soy realmente hueca”) que algo estaba muy muy mal pero ni el cirujano se atrevía claramente a decirmelo. Le dejó la misión a mi marido, total, ya tuvimos que hablar tantas veces, ¿qué te hace una más?
-Te vas a morir. Es cáncer de ovarios con metástasis, tenés un 40% de chances de responder a la quimoterapia. Un 60% -duh- de no. Ese 40% va del mejor panorama, que la quimio te sea leve, que transforme al cáncer en una enfermedad crónica como la diabetes, al peor, que la quimio te destruya pero te deje viva, en una pálida imagen de lo que alguna vez fuiste. El 60% es que nada funcione y el cáncer o la quimio te maten.
Suena muy crudo pero, en el fondo, yo ya sabía. Siguió:
-De acá a la quimio tenemos que vivir pensando que te vas a morir y preparar todo lo que haga falta. Después, todo lo contrario, con la convicción ciega de que vas a vivir, de que va a funcionar.
Así que me puse, nos pusimos, a prepararnos para lo peor: poderes ante escribano, trámites de todos los colores, un libro que escribí (y sigo escribiendo) para que mi hijo me pueda conocer si las cosas salen mal.
Leí en una entrevista a -no se rían- Facundo Arana que cuando le dieron el diagnóstico (tuvo enfermedad de Hodgkin) salió a la calle y el mundo le pareció technicolor. Le tengo que dar la razón. Todo se siente más potente y vívido cuando te vas a morir. Querés sentir y degustar y amar. A la vez, esa intensidad es insostenible (y no hay cuerpo enfermo que la aguante) y hay que buscar vías de escape, divertimentos, distracciones o te transformás en una Patti Smith del cáncer. Y ahí entran las redes sociales. O más bien: Twitter. Facebook es para perritos perdidos y fotos de bebés. Instragram es para hacer un recorte estético de la vida. Twitter es para exagerar y discutir horas si tampón o toallita, sí, pero también para contar qué me pasa.
En el sanatorio no tenía wifi, prendí el 3g un par de veces para mandar mails a mis amigas y nada más. Cuando volví a casa ya habían pasado cinco días de la operación y le di varias vueltas al asunto de contar o no contar. Me decidí por contar. Tener cáncer es como tener gripe: nada vergonzoso, sólo mil veces peor. No contar es ponerse del lado de los que titulan “una larga y penosa enfermedad”. Sentir vergüenza, ¿de qué? Salvo que creas en “las piruetas culpabilizadoras que achacan a los enfermos responsabilidad por su enfermedad” (eso dijo Susan Sontag, ojalá fuera mía la frase).

Opinión: 
No la conocía, hasta hoy, el día de su muerte. Me perdí compartir su claridad, la integridad y la insolencia por "decir". Quedan sus palabras, a otro traerán alivio. Gracias.

Para visitar el espacio de María Marie

Una respuesta sencilla



La historia de cualquier LMC empieza en el interior de un hueso cualquiera del esqueleto, en la médula ósea, que es como los médicos llamamos al tuétano. Allí están las célula madre de la sangre, las que se dividen de una manera muy controlada para reponer los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas de la sangre. Estas células vitales se destruyen a millares cada día, y pronto moriríamos si no fuéramos capaces de poner en circulación nuevas unidades que suplieran las pérdidas. Un mal día, algo terrible sucede en una sola de las células madre que dan lugar a los glóbulos blancos, algo que tiene que ver con los cromosomas 9 y 22 (los humanos tenemos 23 cromosomas en cada célula).

El cromosoma 9 contiene, entre millares de genes, uno conocido como Abl. Por otro lado, el cromosoma 22 lleva en su cadena de ADN el gen BCR. Ambos son genes perfectamente normales, que cumplen funciones esenciales y que todos portamos en todas y cada una de nuestras células. Lo primero que sucede en la gestación de la LMC es que el cromosoma 9 se parte justo donde está el gen Abl, mientras que el cromosoma 22 se rompe a nivel del gen BCR.
Un cromosoma aberrante
La célula intenta reparar el desaguisado, pero se equivoca, y pega el trozo desprendido del gen 9 en el punto de rotura del gen 22, juntando indebidamente ambos genes. Se acaba de crear en esa célula un nuevo gen BCR-ABL, un gen mutante, una aberración. El efecto de mezclar la función de ambos genes es explosiva; esa célula deja inmediatamente de ser normal y se transforma en cancerosa. El gen mutante se comporta como el acelerador de un coche atascado a fondo y la célula se divide sin parar, sin control.
Todas las células hijas de esa primera son idénticas a su madre, es decir, contienen un cromosoma anómalo formado por la fusión de los cromosomas 9 y 22. Se lo conoce como cromosoma Filadelfia, porque su relación con la LMC se descubrió en una universidad de esa ciudad en 1960. Cada vez hay más y más células Filadelfia-positivas que ocupan la médula ósea estrangulando a las células madre normales, privándolas de espacio y de recursos.
Pronto, las células cancerosas aparecen en la sangre, sustituyendo a las normales. La pérdida de glóbulos rojos da lugar a anemia y cansancio, la de plaquetas ocasiona hematomas y hemorragias, sin glóbulos blancos, las defensas del organismo, las infecciones y la fiebre hacen su aparición. Al hematólogo le bastará observar una gota de sangre con su microscopio para descubrir todas esas células cancerosas y sospechar el diagnóstico. Un cariotipo (la observación directa de los cromosomas) descubrirá el cromosoma Filadelfia y confirmará el diagnóstico.
Hasta hace muy poco, los únicos tratamientos posibles para la LMC eran la quimioterapia convencional y el trasplante de médula ósea. La primera ocasionaba efectos adversos muy penosos y, además, sólo conseguía mantener a raya la leucemia durante un tiempo corto, generalmente menos de un año. El trasplante de médula podía curar a algunos pacientes, pero dependía de la existencia de un donante compatible y podía presentar muchas complicaciones, algunas de ellas mortales.
Un tratamietno nuevo
A principios de los años 90, investigadores de la multinacional farmacéutica Novartis emprendieron una búsqueda sistemática de sustancias químicas capaces de interaccionar con el efecto del gen mutante BCR-ABL. Identificaron un compuesto llamado STI-571 que presentaba exactamente esa propiedad, la de enredarse en la función del gen de la LMC, desactivándolo por completo y frenando en seco la división de las células leucémicas. A partir de ese compuesto se pudo sintetizar imatinib (Glivec®), que ya es uno de los medicamentos más notables de la historia de la medicina.
Los ensayos clínicos mostraron una mejoría jamás soñada en los pacientes de LMC. En cuestión de semanas, de días incluso, los síntomas desaparecían, las células malignas se esfumaban de la sangre y de la médula ósea, siendo rápidamente reemplazadas por las células normales. Aún mejor, a diferencia de la quimioterapia, el nuevo medicamento carecía prácticamente de efectos adversos, se administraba como una simple pastilla en lugar de los engorrosos goteros de la quimio y permitía una vida del todo normal.

Hoy día, imatinib es el tratamiento de entrada de casi todos los casos de LMC. No es un tratamiento curativo, pues no destruye las células-Filadelfia, sólo las desactiva. Los pacientes pueden permanecer, sin embargo, años y años libres de leucemia aparente. Algunos de los participantes en los primeros ensayos de los años 90 siguen tomando el medicamento y sin rastro de reactivación de la leucemia. El descubrimiento del papel del gen BCR-ABL en el origen de este tipo de leucemia ha puesto en marcha una serie de investigaciones en cadena muy fructíferas. Para cuando el imatinib deje de actuar, ya existen otros dos medicamentos preparados, el nilotinib y el dasatinib.
Ricardo Cubedo
Especialista en Oncología
Clínica Universitaria Puerta de Hierro

Madrid

Fuente:

lunes, 20 de abril de 2015

Coloquio virtual latinoamericano para pacientes con leucemia mieloide

El siguiente es uno de los Coloquios Virtuales para Pacientes con LMC Pregunta respuestas de pacientes

Publicado el 18 oct. 2013
Tercer conferencia virtual para pacientes con LMC por el Dr. Jorge Cortés, 12 de octubre de 2013 desde el auditorio de la SAH, Buenos Aires.

Sesión de preguntas y respuestas.
Se pueden consultar todos los videos en https://www.youtube.com/

Coloquio virtual latinoamericano para pacientes con leucemia mieloide

El siguiente es uno de los videos de los Coloquios virtuales latinoamericanos para pacientes con leucemia mieloide 
Publicado el 1 nov. 2012
El Dr. Jorge Cortés, hematólogo del MD Anderson Cancer Center de Houston, EEUU, responde las preguntas de los pacientes acerca de la enfermedad y sus tratamientos.
ONG y activismo
Licencia de YouTube estándar
Se pueden consultar todos los videos en https://www.youtube.com/

viernes, 17 de abril de 2015

Mitos y realidades en Oncología

Este libro, dicen las autores, Ariadna Torres García y Albert Abad Esteve, está dedicado a todos los PACIENTES, sus familias, amigos, médicos, enfermeras, psicólogos, que de manera directa o indirecta participan en el día a día del proceso del paciente con cáncer. Editado por: Dr Albert Abad Esteve. Impresión: Matimprés, S.L. . Enero de 2015.

fuente: Bienvenidos a Sanofi

domingo, 12 de abril de 2015

Las creencias espirituales influyen en el bienestar de los pacientes con cáncer

La oncología psicosocial: el papel de la religión y la espiritualidad para los pacientes y supervivientes de la gestión de la experiencia del cáncer
Según la edición online de la revista 'Cancer', de la Sociedad Americana del Cáncer. Las creencias espirituales y religiosas influyen en el bienestar físico, social y mental de los pacientes con cáncer, El estudio cuya autora principal es Heather Jim, del Moffitt Cancer Center en Tampa (Estados Unidos), incluye a más de 44.000 pacientes. Los datos recogidos indican que la religión y la espiritualidad tienen una significativa relación con la salud de los pacientes, pero no había una gran diversidad en los estudios sobre cómo las diferentes dimensiones de la religión y la espiritualidad se relacionan con distintos aspectos de la salud. Los pacientes que confesaban una mayor religiosidad o espiritualidad también aseguraban tener una mejor salud física, mayor capacidad para realizar sus tareas diarias habituales y un menor número de síntomas físicos por el cáncer y su tratamiento. Sin embargo, la salud física no estaba relacionada con prácticas relacionadas con esa religión o espiritualidad, como asistencia a la iglesia, la oración o la meditación. Por otro lado, los aspectos emocionales de la religión y la espiritualidad estaban más intensamente relacionados con la salud mental positiva de aspectos conductuales o cognitivos de la religión y la espiritualidad. El bienestar espiritual resultó asociado con menos ansiedad, depresión o angustia, como era de esperar. Además, mayores niveles de angustia espiritual y un sentido de desconexión con Dios o una comunidad religiosa se asociaron con una mayor angustia psicológica o más pobre bienestar emocional.

viernes, 3 de abril de 2015

Un retrato social sobre las tareas de los trabajadores de la salud.

El cine y una pincelada, en tono de comedia dramática, para entender los problemas de los Sistemas de Salud.
Un retrato social sobre las tareas de los trabajadores de la salud bajo presión de los recortes presupuestarios, con equipos tecnológicos deficientes. La mentiras, como densa corporativa de los médicos, a los familiares de los pacientes. Estos son algunos de los elementos que componen el estremecedor pero lúcido retrato de la sanidad pública francesa realizado por Thomas Lilti en "Hippocrate"., sobre el sistema de salud en Francia!

martes, 27 de enero de 2015

¿Te harías donante de médula?


Daniel con 4 años, nos explica lo fácil que es donar médula, que no duele. Sus trucos para que no te duelan los pinchazos... y ya, tarapún!

lunes, 26 de enero de 2015

Respuesta de un médico argentino a la publicación sobre el origen del cáncer. En este blog se divulgó el 2 de Enero de 2015, "Es como perder la lotería"

Hace unos días salió publicado un estudio científico en la prestigiosa revista Science que concluyó que la mayoría de los tipos de cáncer serían por “mala suerte genética”.

En realidad, un grupo de investigadores determinó mediante un modelo matemático que el 65% de los tipos de cáncer son el resultado de mutaciones genéticas aleatorias, a las que denominaron como “mala suerte”. Claramente, no estoy para nada de acuerdo con esta conclusión.
Una mutación genética es un cambio en la secuencia de un gen (ADN), en cual participan factores ambientales como pueden ser el sol o el tabaco, y los mecanismos moleculares genéticos. En realidad, aunque se han hecho grandes avances en la ciencia, y seguiremos teniendo novedades muy positivas en el futuro, todavía no sabemos cómo una célula normal se convierte en maligna, o sea, cáncer. El equipo de investigadores que lo demuestre claramente ganará el Premio Nobel de Medicina y será una gran contribución para la humanidad.
Hay que aclarar algo sumamente importante, este estudio y sus autores están dando un mal mensaje a la sociedad mundial porque millones de personas podrían interpretar de una manera entendible que no vale la pena hacer nada para prevenir el cáncer mediante la realización de controles periódicos con el médico, estudios de imágenes complementarios o realizar una dieta balanceada y nutritiva.
Hay un concepto muy importante llamado “epigénetica”, en la cual demuestra como los factores externos o ambientales influyen en la expresión del genoma humano (totalidad de 20.000-25.000 genes). Está comprobado que las fibras como las frutas, verduras y cereales, entre otras, “prenden” ciertos genes como si fueran luces con un impacto positivo y protector del cáncer de colon (intestino grueso). Mientras que las grasas de la dieta “apagan” ciertas áreas del genoma con un efecto negativo, y aumentan el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer como el colon, mamario y uterino (endometrial, la capa interna del útero).
Por lo tanto, es fundamental destacar que las acciones y decisiones que las personas toman todos los días tienen un impacto positivo con algo tan simple como la alimentación. A su vez, en el cáncer de colon se realizan colonoscopías (endoscopias) a partir de los 50 años de edad que se ha demostrado como método de “screening” (tamizaje) que disminuyen la mortalidad al identificar lesiones premalignas llamadas pólipos o cáncer en un estadio temprano.
No es la intención mencionar en esta columna todos los tipos de cáncer y las medidas preventivas, pero para más información se puede consultar este documento de la Organización Mundial de la Salud.

El estudio mencionado analizó las divisiones celulares de 31 tejidos del cuerpo humano y demostró que a mayor cantidad de divisiones celulares, mayor cantidad de posibilidades de errores en esas divisiones celulares. Cuando las células comenten errores, el organismo se encarga de reparar esos errores en el ADN. Si no se corrigen esos errores se inicia un “suicidio celular” o “autodestrucción” (conocido como muerte celular programada) o eventualmente la célula puede tener una transformación maligna (cáncer). Este es un concepto que se conoce hace varias décadas, pero igualmente este estudio lo demuestra de una manera concluyente. Pero a su vez, este estudio tiene varias críticas, inclusive que no incluyó en su análisis a los tipos de cáncer más frecuentes como la mama y próstata.
Claramente, este estudio conmocionó al mundo entero. Aunque algunas mutaciones (alteraciones) genéticas ocurren de manera aleatoria, en realidad, las definimos así porque realmente todavía no hemos desciframos el acertijo del cáncer, hay medidas preventivas muy efectivas para prevenir ciertos tipos de cáncer.
Las recomendaciones son simples: investigar y conocer la historia familiar propia, información muy valiosa para informarse de posibles antecedentes; y consultar al médico sobre las medidas preventivas, una nutrición adecuada y los diferentes factores de riesgo. En conclusión, el mensaje es muy importante, no hay que asustarse porque la “mala suerte” no es responsable de causar cáncer.

Referencia
Tomasetti C et al. Cancer etiology. Variation in cancer risk among tissues can be explained by the number of stem cell divisions. Science. 2015 Jan 2;347(6217):78-81. doi: 10.1126/science.1260825.
(*) Jorge Dotto es médico (UBA). Especializado en anatomía patológica (Yale University School of Medicine), patologia ginecologica y mamaria (Yale University School of Medicine) y patología molecular & genética (Harvard Medical School). Obtuvo el Premio al Joven Líder 2005 del College of American Pathologists (CAP) Foundation.
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